lunes, 14 de enero de 2019

Sexo con robots:
el futuro ya está aquí


Los robots sexuales ya están aquí, dejaron de ser una fantasía de ciencia ficción. El desarrollo de tecnologías como la robótica y la inteligencia artificial los están haciendo posibles. De hecho, comienza a verse una fiebre por estas creaciones, pues los fabricantes que están tomando el liderazgo les han añadido funciones eróticas que hacen levantar las cejas lo mismo a hombres que a mujeres, sin importar edad ni estado civil.
Las grandes preguntas que surgen son en relación a cuestiones éticas, morales y de salud mental, pues algunos (no todos) investigadores temen que se conviertan en otra adicción negativa, por las promesas de placer infinito que ofrece su posesión y uso.
¿Puede considerarse como infidelidad una relación sexual con un robot? ¿Su uso puede alterar la psicología de los usuarios? ¿Van a sustituir con el tiempo las relaciones físicas y eróticas entre las parejas? Ninguna de estas preguntas tiene respuesta por ahora, pues el fenómeno acaba de comenzar.

¡Super equipados!
Hasta ahora, los pedidos que se están haciendo a las fábricas provienen tanto de hombres como de mujeres. Estos robots, hay que decirlo, son mucho más que simples "muñecos inflables". Algunos ya están siendo equipados con aplicaciones de inteligencia artificial que abren un panorama insospechado a quienes buscan placer sexual por medio de fantasías y experiencias muy reales. Otros, como en el caso de los robots para mujeres, traen integrados dispositivos de placer más eficaces (consoladores o vibradores) que los que hay en el mercado.
Hay para todos los gustos, pero no todavía para todos los presupuestos, pues son de una tecnología todavía en desarrollo y que resulta muy cara.
Los expertos aseguran que en el año 2050 los humanos tendremos más sexo con robots que entre nosotros. ¿Qué consecuencias traerán para nuestras relaciones? ¿Estamos preparados?

Primeros tecno burdeles
En 2004 se abrió en Japón el primer burdel con muñecas robóticas. Hoy ya existen en París, Londres, diversas ciudades de Alemania, Ámsterdam, Barcelona y Madrid. ¿Vendrá de la inteligencia artificial el fin de la prostitución? Eso se preguntan los sociólogos. ¿O será aún peor?
Y hay más: la  empresa True Companion acaba de ser denunciada por sacar al mercado una muñeca que "normaliza" la violación, pues está programada para resistirse al sexo.
El tema puede parecer siniestro, perverso y oscuro, pero todavía da pie a preguntas de humor negro: ¿Ayudarán los robots a que mantengamos relaciones sexuales más satisfactorias? ¿Nos enamoraremos de ellos y ellas? ¿Compartiremos con el vecino o el compadre nuestra muñeca o muñeco de baterías? ¿Y qué pasará si nuestro robot sexual se enamora de otro robot? Y así.

Un gran negocio
Estimaciones preliminares dicen que el negocio de la robótica sexual ya mueve unos 20,000 millones de euros anuales, y la cifra va en aumento. Por eso no es extraño que los científicos se hayan interesado en su futuro impacto en la sociedad.
Uno de los primeros informes exhaustivos fue realizado el año pasado por la Foundation for Responsible Robotics, que entrevistó a decenas de expertos en tecnología, inteligencia artificial, fabricantes de robots sexuales y médicos.
El informe, titulado "Nuestro futuro sexual con robots", concluye que aún no hay suficientes datos para saber si los efectos del uso de robots en el ámbito íntimo serán positivos o negativos.

Estigmatizados por la pantalla
Sin embargo, en nuestra sociedad hay una visión no muy positiva de los robots sexuales y nuestro vínculo con ellos. Se les ve con malos ojos y en ello influyen mucho las producciones de cine y televisión que vemos.
La sociedad trata hoy a los robots sexuales como trataba a los villanos de los primeros cómics, identificándolos con el miedo a los avances tecnológicos: los malos de los cómics eran radiactivos. Ahora lo son los robots.

La película Ex Machina (2015) muestra a un creador de robots, Nathan, que mantiene relaciones frías y crueles con su creación, una atractiva androide personificada por la actriz sueca Alicia Vikander. En la serie de HBO, Westworld, se habla de un parque temático en el que el burdel de Madame Maeve Millay debe atender los deseos más oscuros de los visitantes.

Lo que debes saber
Tal vez la pregunta más inquietante es: ¿los robots reemplazarán nuestro deseo de tener sexo con una pareja real? “Para aquellos que tiene una relación emocionalmente sana y satisfactoria, la respuesta es no. Incluso cuando llegue el día en que los robots sexuales estén tan avanzados tecnológicamente que sean indistinguibles de nuestros semejantes, nosotros, como humanos, siempre sabremos si nuestro compañero es de carne o si es una máquina. Y elegiremos a un humano”. Esta es la visión de Debra Sho, investigadora del sexo y neurocientífica de Toronto, Canadá.
La investigadora dice que del mismo modo en que aceptamos los juguetes, vibradores o vaginas artificiales como herramientas y no como sustitutos de la pareja, los robots sexuales pueden ocupar un lugar similar y muy importante.
Sin embargo, Debra Sho y otros especialistas advierten: “para aquellos cuyas relaciones sexuales no son satisfactorias, y las cifras hablan de insatisfacción en todas las edades, los robots servirán”.

Ramón Chomina L.
ramcl06@gmail.com

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