jueves, 17 de enero de 2019

¿Se descarriló Internet?
Sus inventores dicen que sí



Hay una "revuelta" que ha comenzado a crecer entre la comunidad tecnológica,  principalmente en Europa, y que clama por "arreglar el desastre" en el que se ha convertido Internet en el mundo.
Como lo reporta el diario El País, "la Red, ese prodigioso invento que cambió el mundo, ha descarrilado. Pero algunos pioneros planean un auténtico renacimiento, una vuelta a las esencias. Luchan por un espacio abierto, gratuito, neutral, seguro y construido entre todos".
Es la nueva revolución tecnológica que comienza a organizarse, y que parte de planteamientos inocultables que se han manifestado en lo que va del siglo 21, luego de la "edad de ensueño" que representó la llegada de Internet en los años noventa:
- Internet ha sido controlada por grandes monopolios de los negocios de tecnología.
- Existe un clamor por corregir los errores cometidos por sus visionarios, que idearon una Red democrática, abierta y respetuosa de los datos de los usuarios.
- Técnicamente el llamado es a volver a lo básico, al origen de la Red, con conexiones punto-a-punto (peer-to-peer), sin servidores remotos donde los monopolios almacenan la información.
- El avasallador dominio de Facebook, WhatsApp y otros servicios del mismo grupo empresarial, h
a puesto en jaque la ética de la información al descubrirse la forma en que pueden manipular las noticias, los pensamientos, la voluntad y las decisiones de sus millones de usuarios.
- Internet se desvío y ahora es un conjunto de redes “diseñadas para engañar, para manipular; tienen un efecto negativo en el bienestar emocional, en la política, en el mundo”.

Lo que salió mal



Uno de los exponentes de este panorama catastrófico "no es un exaltado ni un apocalíptico", señala el diario español. Se trata nada menos que de Sir Tim Berners-Lee, a quien se le atribuye el invento de la World Wide Web.
El País lo cita: "los creadores del primer Internet hicieron un buen trabajo. La Red debía ser un invento gratuito, abierto y neutral; el acceso, universal para evitar la desigualdad; era bueno desconfiar de las compañías que intentaran robar todo el oxígeno y encerrarnos en jardines vallados que simularan el Internet real; los intermediarios levantaban sospechas; Internet no debía ser una herramienta pasiva, sino algo que reescribiéramos entre todos".
Este visionario de la tecnología identifica lo que salió mal: "lo que nadie vio venir fueron los teléfonos móviles (y con ellos, la ubicuidad de la conexión), el ansia de las empresas por devorar nuestro tiempo y nuestros datos, nuestra complicidad por dejarles hacerlo y convertirlas en intermediarias de nuestras relaciones, las consecuencias de conectar tantas emociones no siempre positivas".

El diagnóstico
En general, quienes analizan lo que ha pasado con Internet no tienen un buen balance, pero dejan espacio para la esperanza.
Mencionan que tras una primera época de optimismo, en los últimos años todos vimos cómo la herramienta que iba a cambiar el mundo servía para manipular elecciones, provocar matanzas, destrozar caminos neuronales o hundir economías. Mientras los ciudadanos apenas acaban de aceptar el diagnóstico y empiezan a limitar el tiempo de exposición de sus hijos al celular (más que nada en Europa, porque en México no les "cae el veinte" todavía), quienes van un paso por delante están construyendo la próxima etapa de Internet, inspirados por aquella primera época, los noventa, cuando casi todo era amateur y las empresas aún no habían llegado. Poco queda, sin embargo, de la inocencia de quien nunca ha visto "el lado oscuro de la Red".

La redención



Junto con Berners-Lee, el teórico Douglas Rushkoff, que está por publicar su libro Team Human (Equipo humano), argumenta que "no necesitamos una revolución, necesitamos un renacimiento". El renacer de viejas ideas, como el peer-to-peer (es decir, la conexión directa entre computadoras, sin servidores), en el nuevo contexto de una sociedad digital.
Rushkoff hace un llamamiento a arreglar la sociedad entre todos, porque “nuestras tecnologías, mercados e instituciones culturales, que una vez fueron fuerzas para la conexión y expresión humana, ahora nos aíslan y reprimen”.

Lo que viene
Visionarios y empresas preparan ya, como punto de arranque de la nueva era de Internet, una especie de carta de derechos y obligaciones para empresas, gobiernos y usuarios que se presentará en mayo de 2019, coincidiendo con el momento en que medio mundo tendrá acceso a la Red. Para esa mitad de usuarios, dice la campaña del movimiento, “los beneficios de la web vienen acompañados de demasiados riesgos: nuestra privacidad, nuestra democracia, nuestros derechos”.
Aunque de momento ya han firmado empresas como Google y Facebook, y más de 80 países y organizaciones, y los compromisos son tan básicos como respetar la privacidad de los individuos, la gran pregunta consiste en si servirá de algo.

Ramón Chomina L.
ramcl06@gmail.com

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