martes, 10 de marzo de 2020


Cortometrajes sonorenses

Entre el desierto sagrado Yaqui 
y la nota roja fronteriza




El Instituto Sonorense de Cultura (ISC), a través del Departamento de Cine, presentó los dos cortometrajes ganadores de la VI Convocatoria del Fondo de Apoyo a la Producción de Cortometrajes de Sonora (FAPS), correspondiente al ejercicio 2019.

Los cortometrajes Chichi'ales, de José López, y Pelea de gallos, de Luis “Tito" López, se estrenaron en el Teatro de la Ciudad de la Casa de la Cultura de Hermosillo el viernes 6 de marzo.

Chichi'ales

En el guion que escribió el cajemense José López para recrear la historia de Chichi'ales, se manifiesta el conocimiento de una parte de la vasta cosmovisión de la etnia Yoeme (Yaqui), en este caso en referencia a la leyenda de los Chichi'ales, aves míticas que solo pueden ser vistas y escuchadas por quienes van a morir, pues su misterioso canto abre las puertas del inframundo a los espíritus que viajan hacia otra vida.


Al tratarse de un tema surrealista, el reto para el director de la película de quince minutos fue plasmar esta creencia ancestral en la propia tierra de los Yoemes, respetando su memoria sagrada y su visión de la vida y la muerte.

En el desarrollo del film destaca el ingrediente de la presencia de grupos del crimen organizado, como confirmación de que las bandas que se disputan los territorios de Sonora también se han infiltrado en el desierto venerado por las etnias de la región.

Pero más allá de esa pincelada de actualidad, la producción de Chichi'ales, a cargo del también cajemense Josián López, sorprendió con los planos secuencia que introdujo para darle perspectiva y dramatismo a la historia, que sucede siempre en la noche medio iluminada del desierto, entre cactus, polvo, una ramada y una vivienda yaqui, techadas por estrellas que brillan en un cielo nublado.

Hay, por ejemplo, un plano largo y sin cortes que pasea la cámara por arriba del techo de una casa típica de la etnia, que irremediablemente nos hace recordar las secuencias trepidantes y casi sin pausas del director Sam Mendes en la película 1917, ganadora del Globo de Oro.

Salvo algunos aspectos técnicos de la fotografía nocturna, Chichi'ales cumplió con entregar un producto audiovisual donde es destacable la exposición de ciertos rituales yaquis, la imagen como centro del mensaje y el minimalismo llevado al extremo en el uso de diálogos, por supuesto hablados en Jiak noki.

Pelea de gallos
El nombre del cortometraje lo dice claramente. Es lo que es: una historia sobre el mundo de las peleas de gallos clandestinas, que se organizan en la zona fronteriza que comparten las ciudades de San Luis Río Colorado, en Sonora, y Mexicali, en Baja California.



Luis López (¡cuántos López!), mejor conocido como Tito López, es de Cananea pero vive en San Luis Río Colorado y conoce el territorio urbano de las dos ciudades donde se rodó el film, especialmente las zonas populares donde se recrea el ambiente de tianguis y comercio informal.

Allí sucede todo, con galleros apasionados y apostadores, personajes de la cultura underground y hombres de notorio origen oriental (chinos, pues), que encarnan la mafia gallera de éste y otros negocios ilegales.

Los actores-no actores que dan vida a los personajes principales hicieron más bien el trabajo comunitario representando a un grupo social con sus propios códigos, aunque con un lenguaje no muy natural y sí exagerado sin necesidad, junto a un actor profesional de teatro, Francisco Verdugo, quien le dio el “toque" de coherencia a la historia.

No es cine negro propiamente, pero al final hay un crimen sin resolver, de esos de nota roja, que deja la duda en el espectador del por qué, el quién y el qué pasó aquí. ¿Y los gallos? Pelearon una vez, pero aparecieron en algunas secuencias muy acicalados, y les alcanzó para darle nombre al trabajo cinematográfico.

Ramón Chomina L
ramcl06@gmail.com