jueves, 31 de enero de 2019

En la educación, las TI 
dan forma al Aula Invertida



Como era de esperarse, el avance de las tecnologías de información en la era digital impulsada por Internet, está ya impactando en la esfera de la educación. Al igual que en el campo laboral ha dado pie al desarrollo de la modalidad del trabajo a distancia, en la educación de los niños y jóvenes comienza a tomar fuerza el cambio de modelo educativo, con la irrupción de la llamada "aula invertida" o "flipped classroom".
En países europeos y en algunas regiones de Estados Unidos ya comienza a ser común el término "docente FLP", "estudiante FLP" o "escuela FLP", para referirse a los maestros, alumnos e instituciones educativas que están operando bajo este novedoso concepto.
¿De qué se trata? De algo fácil de entender y que ya habíamos anticipado de alguna manera. En el modelo invertido (o inverso), el docente se convierte en un motivador que impulsa a sus estudiantes a investigar fuera del aula los temas previamente acordados en clase. Las herramientas de búsqueda son Internet, las redes sociales, los blogs especializados, las bibliotecas y enciclopedias digitales, pero sobre todo las aplicaciones y foros de conocimiento donde se discuten y analizan temas de interés para los alumnos FLP.

Un modelo disruptivo



Posteriormente, el "arsenal" de datos y conocimientos recabados se revisan y debaten en las horas destinadas para ello dentro del aula, bajo la guía y orientación del maestro.
¿Le parece que esto es similar a la escuela abierta? ¿Qué es riesgoso por el tiempo libre que se deja a los jóvenes para cumplir con sus obligaciones fuera del aula? Son preguntas válidas para los padres de familia, pero no hay que perder de vista que la tecnología ya ha transformado muchos aspectos de la vida cotidiana y lo que se avisora es que continuará haciéndolo. La educación, lo mismo que la salud, el trabajo, la alimentación o el transporte, son áreas que serán impactadas -más para bien que para mal- una vez que fenómenos como la inteligencia artificial, la robótica o la nanotecnología se hagan presentes con mayor claridad en los espacios vitales de los seres humanos.
En esta tendencia no hay que perder de vista que el "flipped classroom" es un modelo de enseñanza y aprendizaje cien por ciento disruptivo, donde los maestros deben realizar dos tipos de trabajo con sus alumnos: el individual con cada eestPdiante y el de coordinación de las tareas en grupo dentro y fuera de la clase.

Descubrimiento propio



El término de "aula invertida" obedece al hecho de que se invierten las formas de enseñanza, pues el docente pasa a dar las lecciones fuera de clase, de forma online, y traslada las tareas grupales al aula, bajo su guía y supervisión.
Así es como está planteado el concepto y lo que se busca es que el aprendizaje se manifieste por descubrimiento propio de cada estudiante, no por la inducción de su mentor.
Sin embargo, para que esto sea posible en la práctica, el profesor debe convertirse en un auténtico motivador, permitiendo que sus estudiantes se conduzcan con autonomía y aprendan a desarrollar un pensamiento crítico, reflexivo y participativo, no solo en los aspectos académicos sino en su vida en general.
Por supuesto, para que funcione adecuadamente el modelo, el docente también tiene que explicar muy bien a los padres de familia los métodos, objetivos y sobre todo las fuentes de conocimiento en línea donde abrevarán los jóvenes estudiantes. Hay cada vez más aplicaciones y herramientas digitales que han sido diseñadas para apoyar este cambio de paradigma. Inclusive el gigante Google tiene su App llamada Google Classroom, muy utilizada por grupos de estudio.

Pensamiento crítico



Es natural que los padres de familia recelen de este tipo de métodos, pues ellos se educaron en el formato tradicional cerrado; por eso es muy importante que el "maestro FLP" sea muy claro con ellos y haga lo posible por contar también con "padres FLP".
Vivimos en la era digital y este cambio en el campo de la educación estará soportado e impulsado por la evolución tecnológica. En eso no hay marcha atrás.
Serán los jóvenes los más beneficiados con este cambio. Hay que verlo así: cuando el aula se convierta en un ecosistema de aprendizaje abierto, colaborativo y de trabajo activo, donde se fomente la creatividad y el pensamiento crítico, aumentará la autoestima, la independencia y las habilidades comunicativas de los estudiantes.

Ramón Chomina L.
ramcl06@gmail.com

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