sábado, 26 de enero de 2019

Las maquetas virtuales
sustituyen a los planos



Carlos Ramos Larios lleva más de 15 años evangelizando sobre la metodología BIM (Building Information Modeling) en México y América Latina; es Vicepresidente de la consultora Bimset y frecuentemente se le puede ver y escuchar como conferencista invitado en congresos de la industria de la construcción.
En uno de esos eventos en la Ciudad de México, se refirió a la metodología BIM como “un bosque de posibilidades, donde cada quien elige el árbol con el que quiere trabajar”.

Carlos Ramos es Ingeniero y Maestro en Ciencias, y cuando aborda este nuevo paradigma tecnológico en la construcción sabe muy bien de lo que habla. Le preguntamos sobre los alcances que tiene el modelo BIM dentro del sector mexicano, como herramienta de modelado de las obras de construcción, y de la forma en que se comparten los datos en todo el flujo de trabajo.
Dijo que el “bosque” al que se refirió lo conforman los múltiples fabricantes y proveedores de las tecnologías que dan forma al concepto BIM, tanto de software como de hardware, de donde las empresas y los profesionales del mundo de la construcción pueden “adoptar” al árbol o a los árboles de su preferencia, los que mejor respondan a las necesidades específicas que buscan resolver.

Flujo de trabajo, la clave



Ramos, quien posee una rica trayectoria en este campo dentro de la empresa Autodesk -uno de los “árboles” más “frondosos” en la industria del software para construcción- no se anda “por las ramas” cuando se trata de decir qué es y qué no es el Building Information Modeling.
“El concepto BIM viene evolucionando desde hace siglos; es un moderno proceso para la industria de la construcción; es una metodología de flujos de trabajo que ha cambiado el proceso de la comunicación en la edificación de las obras. BIM no es software, no es tecnología, pero los utiliza; no es una marca, no es una forma aislada de trabajar en los despachos de diseño arquitectónico, en las empresas de construcción, en los gobiernos o en la ingeniería”.
Con la irrupción de este modelo se revoluciona el proceso del flujo de trabajo tal como se conocía. Particularmente en la industria de la construcción esto supone un cambio irreversible.
Muchos arquitectos temen que este concepto disruptivo del modelado de las obras ocasionará la desaparición de los conocidos planos trazados en dos dimensiones (2D). Después de todo, eso aprendieron en la universidad y a eso han dedicado su vida: a dibujar planos de construcción con un estilógrafo sobre un restirador.
Como buen gurú en su especialidad, Ramos tiene una respuesta para esta inquietud: “Los planos no van a desaparecer, pero no pueden seguir siendo el factor principal de la comunicación. En lugar de planos, hoy la metodología BIM integra gráficos con render, fotos, videos e imágenes que muestran mediciones exactas. Es una nueva forma de comunicación que se basa en el uso de gráficos acompañados con información muy valiosa, modelados con técnicas digitales en tercera dimensión (3D)”.

El BIM justifica los medios



Llevamos siglos utilizando planos y trabajando de manera individual sin conocer las necesidades de los otros eslabones de la cadena en el proceso de la construcción, advirtió el consultor en BIM. “El gran reto para transformar esta situación es cambiar el flujo de trabajo, la forma en que nos comunicamos con los demás. Necesitamos generar un nuevo medio de información que nos entregue todos los datos críticos de forma rápida, exacta y sacando provecho a lo mejor de las tecnologías. Eso lo tenemos con BIM”.
Por ello, a Ramos le gusta usar juegos de palabras para explicar a todos los interesados en aprender las ventajas de BIM, lo que esta metodología puede generar en los flujos de trabajo: “El BIM justifica los medios. Vale la pena cambiar el medio, ya no utilizar los planos como el generador principal de la información. Saquemos provecho del flujo de información que nos ofrece BIM, donde las maquetas virtuales sustituyen a los planos”.
Sin embargo, Ramos es consciente de que la adopción de BIM en México y en los demás países de América Latina enfrenta una resistencia al cambio, que es comprensible y natural, pero que puede ser una barrera para ver hacia el futuro a causa del temor que el cambio provoca.
Para ilustrar esta situación también ha acuñado su propia frase, basada en otro inteligente juego de palabras: “El BIM justifica los miedos”.

¿Es un ‘producto milagro’?



La metodología BIM no es de aplicación exclusiva en la etapa del diseño de obras de la construcción. Ha demostrado sus beneficios en todos los renglones, pues la disponibilidad de los datos críticos hace que todos los involucrados en el flujo de trabajo compartan la misma comunicación y se beneficien de ella, en favor del negocio final que se busca edificar.
Para el evangelizador Ramos, BIM “se puso de moda” por los beneficios que genera en el manejo de costos, tiempos, menores imprevistos, mayor calidad de los acabados, gestión de cambios, finanzas de la obra, reducción de errores humanos, aprovechamiento de la tecnología para la producción de modelados ricos en imágenes, videos, etcétera.
En el aspecto tecnológico también la lista es amplia: soluciones de escaneo en 3D, nubes de puntos, drones, realidad virtual, fotos y video en 3D, escaneo del subsuelo, modelado de espacios, visualización de objetos, almacenamiento en la nube, uso de dispositivos móviles, entre otros sistemas.
“Como se puede observar, las ventajas son muchas -explicó Ramos a su audiencia- y la verdad es que suena tan bonito que parece un producto milagro. Pero todo es cierto, es una realidad, solo que no es automático, antes hay que hacer la tarea en varios temas”.
Y sí, muchos de los constructores y arquitectos asistentes a la conferencia de Carlos Ramos se fueron del evento dispuestos a “hacer la tarea”, buscando en el bosque los árboles que mejor sombra brinden a sus proyectos.

Ramón Chomina L.
ramcl06@gmail.com

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