domingo, 3 de febrero de 2019

El cristal, más allá de Breaking Bad



La adicción a las metanfetaminas en México es un problema de salud pública, específicamente la relacionada con el consumo del llamado cristal (por su aspecto semejante a pedazos de vidrio o piedras de tonalidades blancas y azules brillantes, por lo que también se le conoce simplemente como "piedra"). Las metanfetaminas son drogas que se pueden fumar, inhalar, aspirar o inyectar, pues se fabrican y venden como polvo, tabletas o cristal.

De acuerdo con el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, dependiente del gobierno de Estados Unidos, la metanfetamina presenta una estructura química similar a la que tiene la anfetamina, que se utiliza como medicamento para tratar el trastorno del déficit de atención e hiperactividad, así como la narcolepsia, un problema del sueño.

Qué pasa en el cerebro



¿Qué efectos produce el consumo de cristal en el cerebro? La Neurociencia ha determinado que la metanfetamina aumenta la cantidad de dopamina en el cerebro, que es una sustancia química natural.
Se sabe que la dopamina activa el movimiento corporal, eleva la motivación, el placer y la satisfacción; por ejemplo el placer causado por comportamientos naturales como comer. 
Es por ello que la capacidad que tiene esta droga para liberar rápidamente altos niveles de dopamina en las áreas de satisfacción del cerebro, produce la euforia (el "rush" o "flash") que experimentan muchas personas al consumirla.
En el corto plazo, el cristal puede generar los mismos efectos nocivos en la salud que provocan otros estimulantes muy adictivos, como la cocaína y las anfetaminas, por más pequeñas que sean las dosis que se ingieren.
Estos notorios efectos incluyen un incremento desproporcionado en la actividad física, acompañado de un aumento de la vigilia (ausencia de sueño).
También se presenta respiración acelerada, ritmo cardíaco rápido o irregular, aumento de la presión arterial y la temperatura del cuerpo y, lo más obvio, una drástica disminución del apetito.

Una euforia mortal



La producción irregular de la dopamina cerebral y el abuso que genera el pasajero estado de euforia del consumo de cristal, está provocando consecuencias cada vez más negativas en la salud de los consumidores, pues se trata de una poderosa y, eventualmente, mortal adicción.
La pérdida excesiva de peso es uno de signos de alerta. También los problemas dentales graves (la famosa "boca de metanfetamina"), ya que el consumo excesivo y prolongado destroza las encías y los dientes. Uno más es también la comezón intensa, que produce lesiones graves en la piel por el efecto de rascarse.
Se pueden enlistar igualmente los problemas de paranoia, pues la persona adicta presenta desconfianza extrema hacia los demás; o las alucinaciones que proyectan imágenes o sensaciones que parecen reales pero no lo son.
Otros comportamientos derivados del consumo de esta droga son la ansiedad, la confusión mental, los problemas para dormir o las reacciones violentas.

Fácil de 'cocinar'



El Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas advierte que la mayor parte de la metanfetamina que se vende en Estados Unidos se fabrica dentro de ese país en súper laboratorios. 
Es relativamente fácil producir la droga en pequeños laboratorios clandestinos, con ingredientes que son de venta libre y bajo costo, como la pseudoefedrina, un ingrediente común en las medicinas para aliviar los resfriados. ¿Recuerdan la serie de televisión Breaking Bad, donde "cocinaban" la droga en laboratorios sobre ruedas? Pues algo así.
Por otra parte, se ha comprobado que el consumo continuo de metanfetamina causa cambios en el sistema de dopamina del cerebro, que afectan la coordinación general del individuo y reducen su habilidad para el aprendizaje verbal.

¿Hay tratamiento?
La ciencia considera un tratamiento efectivo para tratar la adicción, que es la terapia cognitiva conductual. Esta terapia busca ayudar a los pacientes a reconocer, evitar y afrontar las situaciones en las que es más probable que consuman drogas. Incluye la orientación familiar, un programa de apoyo de 12 pasos, pruebas de detección de drogas y el fomento de actividades positivas, entre otras acciones.


Actualmente no existen medicamentos aprobados “oficialmente” por el gobierno para el tratamiento de la adicción a la metanfetamina, ni en Estados Unidos ni en México, pero sí hay “medicamentos alternativos” que algunos terapeutas pueden prescribir a los pacientes, que originalmente fueron creados para tratar otro tipo de padecimientos y ahora también se han probado en la adicción a las metanfetaminas. Entre ellos podemos mencionar el Bupropión, un antidepresivo que ayuda a controlar el deseo de utilizar la droga. En el mercado se distribuye con el nombre comercial de Wellbutrín.
Se siguen investigando sus efectos, a la vez que se trabaja en otro tipo de medicamentos para combatir la creciente adicción hacia este estimulante llamado cristal.

Ramón Chomina L.
ramcl06@gmail.com


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