Esta Bruja cartagenera te hechizará
Es un coctel de todos esos temas que tanto gustan a los jóvenes de la GenZ, los Milenials y las "almas viejas" de cualquier edad, que creen en un universo de seres de luz, de oscuridad y de portales que los transportan.
Como suele suceder, lo mejor de la serie es el personaje principal, una joven bruja que llega al siglo 21 y aterriza en este año 2019, proveniente del año 1646 del siglo 17, en plena época de la Conquista en la ciudad y puerto de Cartagena de Indias, Colombia.
La bruja Carmen es interpretada por Angely Gaviria, cartagenera auténtica cuya imagen natural ayudó mucho al personaje. Al verla en la pantalla no quedan dudas de que se trata de una hechicera mulata de la antigüedad, que escapa de la hoguera para viajar en el tiempo a la Cartagena actual tratando de cumplir con una misión salvadora.
Biodiversidad y redes sociales
La serie está basada en el libro "Yo, Bruja", de Isadora Chacón. No es precisamente una historia original sobre cacería de brujas para ser quemadas en la hoguera de la Inquisición, pero sorprende con un argumento de mucha actualidad: la reivindicación de los derechos humanos y civiles de la mujer, su empoderamiento de género y su persistente lucha contra la injusticia de los convencionalismos sociales, que todavía las agreden y ofenden como seres humanos.
No es solo una postura feminista que la creadora de la serie, Ana María Parra, quiso plasmar; es una forma de mostrar al público joven de Netflix (aunque de manera un poco ingenua) que la libertad de decidir es un derecho de la mujer latinoamericana que debe ser preservado.
Todo ello se entrelaza por dos temas que hoy en día son "trending topic" en el mundo y en los países de América Latina: la concientización sobre la preservación del medio ambiente y la biodiversidad, y las oportunidades y peligros que entraña la vida digital entre los jóvenes que viven rodeados de artefactos electrónicos, Internet y sus redes sociales.
El Bien contra el Mal
El mensaje es positivo, pero son evidentes las referencias directas a otras historias ya muy probadas. Vemos similitudes, casi como si se tratara de un "copy-paste", de la hechicería y las lenguas crípticas de Harry Potter y El Señor de los Anillos (Voldemort y Sauron aquí son Aldemar). La lucha entre el Bien y el Mal y la seducción del lado oscuro también están presentes: Darth Vader convenciendo a su hijo Luke Skywalker para que se le una y dominar juntos la galaxia (Star Wars), que en "Siempre Bruja" ponen en escena, casi con el mismo guión, Aldemar y su hijo llamado Lucién.
Una mujer empoderada
Más allá de esas "coincidencias", la propuesta que Netflix trae de la mano de su aliada en Colombia, Caracol TV (del calibre de la desacreditada Televisa mexicana), cumple con su propósito.
La mejor muestra de que Angely Gaviria es lo más sobresaliente de la serie, en su papel de bruja, esclava, mulata y poderosa princesa universitaria, es lo que dijo sobre sí misma: "Yo no era una mujer empoderada. Era racista conmigo misma". Y no usa varita mágica ni sombrero puntiagudo, pero basta con su melena negra ensortijada.
Ramón Chomina L.
ramcl06@gmail.com
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