El joven creyó que había encontrado una hada del bosque, una ninfa del lago o una princesa elfíca de la Tierra de la Esperanza. La flecha del enamoramiento le atravezó el corazón y lo ató para siempre a los brazos de aquella bruja oscura, que devoraba almas incautas.
Ramón Chomina L.
ramcl06@gmail.com
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