Los hombres sin género
de Japón: ni travestis ni gays
A algunos hombres en Japón les gusta vestirse de mujer, pero no son gays; desde mediados de la presente década dejaron de interesarse en el sexo, así que su vida milenial transcurre entre su realización profesional y el entretenimiento digital, pero "de aquello... nada de nada", como dice la canción de Margarita 'La Diosa de la Cumbia'; y lo peor o más extraño: muchos jóvenes terminan sus carreras profesionales y se encierran en un cuarto de la casa de sus padres, sin socializar, sin trabajar, hablando apenas con sus parientes más cercanos, navegando en las redes de Internet día y noche... ¡y así pueden durar años!
¿Qué piensa un mexicano -recio, macho y bravío- de estas tendencias que, en general, están marcando la vida de la juventud asiática, con Japón a la cabeza? Son muchos los aspectos que debemos analizar sobre este tipo de comportamientos, porque sus consecuencias ya se pueden ver en otras regiones del mundo y -¿por qué no?- podrían llegar a México. Vamos por partes.
La cultura 'sin género'
En Tokio hay un distrito ultramoderno que se llama Harajaku y es la cuna de una nueva sub especie urbana de hombres que parecen mujeres y mujeres que parecen hombres. Son los llamados Jendaresu-Kei (que significa "estilo sin género"), jóvenes Milenials que rechazan vestirse como ejecutivos tradicionales.
Aunque el término "sin género" también incluye a las mujeres, se enfoca más en los varones, quienes tienen muy bien definidas sus preferencias: aseguran que no son gays, sino heterosexuales sin interés en mantener relaciones sexuales con mujeres. Les aterra la idea del matrimonio y el procrear hijos, pues para ellos su prioridad es el trabajo y vivir una masculinidad propia, inspirada en antigüas tradiciones japonesas que exaltaban la belleza del hombre a través de la apariencia femenina.
En Harajaku hay infinidad de tiendas de ropa con lo último de la moda femenina, salones de belleza muy indies, de maquillaje, uñas, depilación y todos los artilugios que utiliza una mujer para transformarse en una belleza exótica y atractiva, otra inspiración de la cultura ancestral del teatro japonés Kabuki, que potencia el travestismo de los actores.
Los hombres caracterizados como mujeres también rechazan ser travestis o transexuales, pues su inclinación sin género los acerca más a lo andrógino, como esas imágenes de Ángeles que pueden parecernos hombres o mujeres, pero sin sexo.
Un 'tabú' muy colorido
Un 'tabú' muy colorido
Los Jendaresu-Kei ya han sido objeto de estudio de diversas publicaciones. El canal de National Geographic les dedicó un capítulo especial dentro de su serie Tabú. Hasta las redes sociales de México se han hecho eco de esta tendencia, con comentarios en Twitter como los siguientes:
"Los japoneses que se visten de mujer son más lindas que Anahí o Dulce María", escribió el usuario @quimera_jpg.
"¿Por qué sigue habiendo gente que piensa que solo los japoneses se visten de mujer? ¡Todos los asiáticos son desviados sexuales!", opinó @yung_bae_young.
"Ese momento incómodo en que te das cuenta de que hay japoneses que se visten como mujer y se ven mejor que muchas mujeres de tu país", publicó @diprosopia.
En Japón existen cientos de clubes de travestis. Eso no es extraño, pero te sorprenderá saber que sus principales clientes son hombres de mediana edad, de buena posición socioeconómica y claramente heterosexuales casados o solteros. Ellos no van a ver travestis, van a disfrazarse con prendas que envidiaría cualquier mujer, para ser ellos la atracción con medias, ligueros y zapatillas. Es el escape que tienen para dejar de ser ejecutivos formales, de saco y corbata, y liberarse del estrés de la oficina.
Los políticos y sociólogos japoneses están muy preocupados por el futuro de su país. Los jóvenes universitarios y muchos de los que ya son profesionistas, prefieren mantenerse vírgenes porque no tienen interés en el sexo, lo que ya está provocando una drástica disminución en la tasa de natalidad.
Muchos consideran que la causa principal es que los hombres "llegan tarde al amor". Les llaman "herbívoros", porque son de una generación que ve a las mujeres solo como "amigas", sin ningún interés sexual. Pero las mujeres se comportan igual, no les atrae tener sexo, mucho menos la maternidad.
Una encuesta de 2017 muestra las principales razones de esta decisión, que está minando la reproducción: la “falta de deseo sexual”, la “aversión hacia el sexo” o “suponer mucha complicación”, fueron las respuestas de estudiantes desde secundaria hasta universidad.
El otro episodio de Black Mirror que enfrenta Japón es una nueva generación de lo que en México llamamos 'Ninis', solo que allá estos jóvenes viven enclaustrados en sus habitaciones, escondidos y casi sin contacto físico, solo virtual. Ya estudiaron una carrera pero no trabajan, no tienen experiencias sexuales ni afectivas pero sí muchos traumas poco entendidos.
Uno de los casos más extremos fue el de un hombre que permaneció viviendo encerrado en casa de sus padres durante 30 años, luego de haberse graduado de la universidad.
Otros que llevan así meses y años han podido decir que se sienten "seguros y a salvo del mundo". ¿Y el amor, la novia, el novio, el sexo? ¡Asco!, dirían.
La ciencia no ha terminado de investigar estas tendencias en el país del sol naciente. Un mexicano "vago", sin embargo, seguramente tendría una respuesta puntual: "ha de ser el agua".
Ramón Chomina L.
ramcl06@gmail.com
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